Más allá de las suscitadas polémicas que se reavivan en el entorno político, lo cierto y muchas veces silenciado es que, a nivel económico, la inmigración es muy “rentable”. Varios estudios realizados por el Fondo Monetario Internacional han demostrado que, bien gestionada, la comunidad migrante aporta beneficios objetivos a los países de destino.
Estas son cinco preguntas frecuentes en términos económicos sobre la migración, que respondemos en clave de Verdadero o Falso.
¿Pretenden los inmigrantes vivir de subvenciones sin trabajar? FALSO
La comunidad inmigrante constituye entre el 15 y el 20% de la población en edad activa en muchas economías avanzadas, y alrededor del 30% en algunos países anglosajones como Australia y Nueva Zelanda.
Así, en la última década ha habido un cambio de paradigma que percibe a los inmigrantes como activos para los mercados laborales nacionales, impulsando el desarrollo económico. La inclusión de inmigrantes en sectores como la sanidad, la construcción, la agricultura y la logística se presenta como una fuente de beneficios, reduciendo tensiones económicas y contribuyendo al desarrollo general.
Debe señalarse que la mayoría de las personas emigra por razones económicas, y una altísima proporción de los inmigrantes participa en actividades laborales para percibir ingresos. Esta remuneración no solo representa su sustento personal, sino que también contribuyen al consumo agregado en el lugar de destino, elevando el número de personas empleadas tanto nacionales como extranjeras.
Además, la comunidad de inmigrantes tiene el potencial de retribuir a las finanzas públicas a través del pago de impuestos, y muchos de ellos son audaces emprendedores, creando empresas o micronegocios que satisfacen la demanda propiciada por su presencia.
¿Generan los inmigrantes crecimiento económico? VERDADERO
Según las cifras del FMI y considerando diversos aspectos, se puede afirmar que los inmigrantes generan crecimiento económico. Entre 1990 y 2015, la mitad del crecimiento generado por la población en edad activa en las economías avanzadas se atribuyó a la inmigración. Este fenómeno se volvió especialmente relevante con el envejecimiento poblacional como fenómeno demográfico.
Según datos de la División de Poblaciones de la ONU, De los 10 principales países receptores de migrantes: Estados Unidos, Rusia, Alemania, Ucrania, Francia, Arabia Saudita, Canadá, India, Reino Unido y España, en 8 de ellos la tasa de dependencia en edad adulta se incrementará en más de 2 veces entre el año 2000 y el 2050; y en 5 de ellos ese indicador sería de al menos un 40% en el 2050, de acuerdo con proyecciones.
En ese contexto, la inmigración no solo rejuvenece la fuerza laboral activa en los lugares de destino, sino que aporta talento y experiencia en caso de migrantes calificados, así como cobertura a ocupaciones esenciales de menos cualificación en las que escasea la mano de obra nativa. Además, se observa un aumento en el consumo, la generación de empleos y una mejora en las finanzas de los sistemas de seguridad social.
Desde una perspectiva económica más general, el crecimiento de un país proviene de factores productivos como la mano de obra, el capital y la productividad. En este sentido, la migración constituye claramente un aumento en uno de los factores de producción: la mano de obra. Esto puede elevar la productividad total de las economías, incrementando las posibilidades de producción y, por ende, el crecimiento potencial.
¿La inmigración aumenta el PIB por persona? VERDADERO
En general, los flujos migratorios tienden a fluctuar en el mismo sentido que el ciclo económico, acelerándose en épocas expansivas y reduciéndose en épocas de recesión. En ese sentido, el aumento de 1 punto porcentual en el porcentaje de inmigrantes dentro de la población adulta puede hacer subir el PIB por persona de las economías avanzadas hasta un 2% a lo largo del tiempo,
Esta mejoría no solo se atribuye al aumento directo de la fuerza laboral encarnada en la comunidad extranjera, sino también a incrementar la posibilidad de que los trabajadores nativos se desplacen a áreas más productivas, delegando sus puestos de trabajos en zonas retiradas a los inmigrantes.
Curiosamente, en la mayoría de los casos estos beneficios se logran sin incurrir en gastos, ya que la educación y la experiencia laboral de los extranjeros suelen ser adquiridas en su lugar de origen. Sin embargo, para que estas condiciones se den, es importante garantizar mecanismos adecuados y justos para la inclusión de los inmigrantes en el mercado laboral.
¿Afecta la inmigración las arcas de los estados receptores? FALSO
Si realizamos un análisis a corto plazo, es cierto que la inmigración genera una presión adicional debido a los elevados costos sociales y las bajas tasas de empleo de la comunidad en el tiempo inmediato posterior a su llegada. Con el aumento de llegadas masivas, algunos estados europeos están encontrando dificultades para incorporar y sustentar económicamente a los recién llegados en situaciones de precariedad.
Sin embargo, el análisis a mediano y largo plazo demuestra que los inmigrantes pueden contribuir constructivamente a los beneficios fiscales una vez que se integran al mercado laboral y comienzan a aportar a las finanzas públicas. Es evidente que en aquellos países receptores que sean capaces de construir estructuras de capital eficientes e inclusivas para la inmigración, se puede experimentar un aumento progresivo en el rendimiento fiscal.
Hoy día, muchos países europeos están reevaluando sus políticas migratorias para abordar la presión política en términos de inmigración. A pesar de los desafíos, las organizaciones internacionales sugieren ver la inmigración como una oportunidad.
En Alemania, por ejemplo, la situación menguante de la economía ha llevado al FMI a pronosticar que el país germano podría tener los peores resultados anuales entre las grandes economías. La falta de trabajadores cualificados ha llevado a los expertos a estimar que el país necesitará 1,5 millones de inmigrantes cada año para mantener su mano de obra. En ese sentido, a diferencia de la mayoría de los demás estados, Alemania ha mantenido sus políticas flexibles para atraer a la mano de obra extranjera.
¿Afecta la exclusión financiera a los inmigrantes en Europa? VERDADERO
En Europa, actualmente, más de 23 millones de inmigrantes se encuentran excluidos del sistema financiero debido a su estatus migratorio. Proyectando hacia el año 2030, esta problemática podría agravarse, alcanzando una cifra cercana a los 53 millones de inmigrantes si no se implementan medidas para revertirla.
Esta situación impacta de manera objetiva en la calidad de vida y la participación económica de la comunidad, limitando su acceso a servicios bancarios y sistemas de pago electrónicos. Estas restricciones pueden dificultar la capacidad de los inmigrantes para realizar transacciones básicas, recibir y enviar dinero, y participar plenamente en la economía del país de acogida.
En Íkualo, nos hemos propuesto revertir esta situación, y hemos creado el Primer Centro Financiero para inmigrantes en Europa. Comprendemos las dificultades cuando los bancos te rechazan, y queremos cambiar las reglas.
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